NUESTRA COFRADÍA

Reseña histórica

 
Para la Corporación Bíblica “Virtudes Cardinales y Sibila de Cumas” es un orgullo formar parte de la Cofradía del Santo Sepulcro y Nuestra Señora de Las Lagrimas, como grupo filial, siendo éste el II Grupo de Nuestra Señora de Las Lagrimas, después de veinticinco años de relación, podemos afirmar que lo que iniciaron nuestros hermanos José Tabares y Manuel Montilla, allá en el año 78, hoy en el año 2003 sigue con ánimos renovados. Sobra decir que como en toda relación han existido periodos de altibajos, pero como donde hubo un gran fuego siempre quedan rescoldos, esa llama ha vuelto a prender con la incorporación de “savia nueva” a esta corporación centenaria.
En los últimos años es digno de admirar el gran número de hermanos que acompañan, perfectamente uniformados con su túnica y capillo negro y su cinturón de esparto, a Nuestra Señora incorporando además al desfile procesional las figuras: Sibila de Cumas y a la “Justicia y Misericordia” (solo desfila este día).
De destacar es la salida de la Casa Cuartel y el recorrido hasta llegar al punto de encuentro, incorporándose otros grupos filiales, alternándose las cuarteleras dedicadas al Santo Sepulcro y Nuestra Señora de las Lagrimas con cánticos alusivos a la muerte de Nuestro Señor. Una vez en el desfile procesional destacaremos su recorrido por la Matallana, la bajada del último tercio de Aguilar, la impresionante bajada de la cuesta Baena y el encierro en el Dulce Nombre con cánticos al Santo Sepulcro.
Desde aquí agradecer a nuestra Cofradía la confianza deposita en esta Corporación a lo largo de todos estos años, que espero que sea correspondida con el cariño y devoción a nuestros queridísimos Titulares.

Su origen y primitiva constitución canónica la tuvo en la ermita del Dulce Nombre, aunque con la denominación de Cofradía de Jesús o tambien del Dulce Nombre de Jesús; en 1869 pasa a llamarse con el nombre de Cofradía del Santo Sepulcro y desde 1963 se la conoce como Cofradía del Santo Sepulcro y Nuestra Señora de las Lagrimas, al decidir ampliarse en 1962 la Cofradía con una Virgen Dolorosa bajo esta advocación.
Se funda la Cofradía de Jesús o del Dulce Nombre, anterior al año 1565, y su objeto era el de celebrar el acto del Descendimiento de la Cruz y la posterior procesión del Santo Entierro con la imagen del Crucificado en el interior de una urna, en la tarde del Viernes Santo. Es pues, la más antigua de las de Puente Genil.
Primeramente solo se procesionaban dos pasos, el del Santo Entierro y el de Nuestra Señora de la Soledad. En el transcurso del siglo XVIII es cuando la Cofradía debió aumentarse con las Hermandades de San Juan Evangelista, Nuestra Señora de las Angustias y la Santa Cruz. Era la cofradía matriz del Viernes Santo en la noche, procesionandose detrás de las Angustias.
Desde 1873 la acompaña y preside la Corporación municipal. En esta procesión del Santo Entierro el Alcalde de la Villa asiste representando al Jefe del Estado Español.
En el año 1956 se lleva a cabo la reforma litúrgica efectuada por la Iglesia y lo que siempre fue Sábado de Gloria deja de serlo y pasa a ser Sábado Santo, y a partir de 1960, por acuerdo tomado en Cabildo General celebrado el 29 de Marzo de ese año, la procesión del Santo Sepulcro pasa del Viernes Santo al Sábado, saliendo entonces el “paso” solo y lo hace de su capilla anexa a la Iglesia de los Frailes, recorriendo este primer año el siguiente itinerario: Calle Guerrero, San Sebastián, Contralmirante, Don Gonzalo, Plaza Nacional, Antonio Baena, Madre de Dios, Plaza de Lara, Calzada, San Sebastián y regreso a su capilla por calle Guerrero.
En 1962 se amplia la Cofradía con una imagen de una Virgen Dolorosa de candelero, que pasa a ser cotitular de la misma bajo la advocación de Nuestra Señora de las Lagrimas, que fue tallada por el imaginero sevillano Manuel Pineda Calderón, en donación hecha por José Estepa Moyano. Se bendijo el Viernes de Dolores de 1962 por el Arcipreste de la Villa y Director espiritual de la Cofradía, D. Antonio Liébana Santiago, procesionandose por primera vez el Sábado Santo de 1963.
Este año el itinerario fue: Guerrero, San Sebastián, Calzada (subida), Plaza de Lara, Horno (subida), Romeral, Aguilar, Cuesta Baena, Plaza Nacional, Don Gonzalo y la Victoria.
En 1964 fue el primer año que sale la procesión de la Parroquia de San José, siguiendo por Avda. Manuel Reina, Susana Benítez, Paseo del Romeral, Aguilar, Antonio Baena, Plaza Nacional, Don Gonzalo, Contralmirante, San Sebastián, Guerrero y llegada a su capilla en la calle Victoria, quedando este itinerario como definitivo hasta la fecha, con la única variación de que su encierro se realiza en la ermita del Dulce Nombre, por lo que una vez el cortejo termina San Sebastián, continúa por Cruz de San Juan y Jesús hasta llegar a la ermita, donde entre cánticos y saetas dedicadas a los Santos Titulares se procederá al verdadero entierro de Cristo.
En 1870 se hizo un Sepulcro de madera pintado y barnizado con filos dorados, que fue realizada por Francisco González Montilla y Francisco Cabello Cantero, carpinteros de esta localidad y pintada por Juan Montilla Melgar. Fue dorada en el año de 1875 por Manuel Caballero, de Ronda, costando 2600 reales. Era llevado primeramente por 6 hombres y mas tarde por ocho. Anterior a este Sepulcro existía otro de caoba que se vendió en 1876 por 1000 reales, al párroco de la Iglesia de Zambra.
La actual urna funeraria es de cristal y madera tallada, estando dorada a fuego, de estilo rococó, siendo de 1894 y construida por el tallista y ebanista malagueño y con residencia en Puente Genil, Antonio Linares, costando 3200 reales. El dorado de la urna se efectuó en Lucena por Antonio Muñoz Lara y Adolfo Longaz. En la parte superior, que es por donde se ha introducido al Señor (hasta la reforma de 1987), va rematada por una cúpula que sobre ella lleva un pelicano. Lleva la urna en sus esquinas cuatro ángeles pasionistas policromados y ejecutados en Barcelona por Domingo Espelta, costando en ese año cada uno 14 duros. Se completa el “paso” con una repisa tallada en 1901 por el escultor barcelonés Domingo Espelta. A lo largo de los años ha tenido diversas restauraciones como la de 1918 realizada por Gabriel Olivares.
En 1946 fue dorada la urna por Gabriel Olivares, costando el trabajo 12.500 Ptas. En 1986 la Cofradía decide acometer una profunda restauración y dorar de nuevo la urna, dicho trabajo lo realizo Cristóbal Cubero Molina, de Priego de Córdoba, se acuerda con él la restauración de la urna por un valor de 3.280.000 Ptas. Para llevar a cabo la obra se trasladó la urna a la mencionada localidad en el mes de Julio de 1987, consistiendo la restauración en un nuevo dorado en oro de 22 kilates y apertura por los laterales en lugar de por la parte superior, para introducir al señor. Esta reforma se estrenó en el Sábado Santo de 1988, igualmente se ha modificado la bancada del paso. Hasta este año de 1988 se ha iluminado el paso con cuatro candelabros arbotantes con tulipas, adquiridos en 1902 en Sevilla, ocasionalmente se alumbro en 1988 con cuatro blandones de cera. A partir de 1989 vuelve a iluminarse con los citados candelabros que fueron restaurados. Desde 1880 llevaban el paso del Señor en el Sepulcro veinte bastoneros, ampliándose en 1885 a treinta, llevándolo con horquillas, y modernamente se le doto de un chasis mecanizado y motorizado para ser llevado a ruedas.
La actual imagen de Cristo yacente se trae a Puente Genil en marzo de 1622 que sustituyo a otra mas antigua del Santo Sepulcro. Es de autor anónimo, de tamaño menor que el natural, guardando cierta similitud en sus rasgos con la de Jesús Nazareno, se trae a nuestro Pueblo el mismo año que el Terrible y se adscribe a talleres de la escuela granadina de principios del siglo XVII.
El Cristo yacente del Sepulcro está anatomizado con perfección sobre todo en la depresión abdominal y la hinchazón torácica que revela el perfecto conocimiento del autor acerca de la muerte que tuvo Cristo por asfixia. Es una imagen que muestra un rostro muy dulce, de sublime serenidad, con un cuerpo muy bien trabajado, sobresaliendo el tratamiento manierista y apolineo de la imagen. Fue restaurada en 1888 en los talleres de Domingo Espelta, siendo cofrade Juan Gómez Cervero, en 1936 fue de nuevo restaurado por el artista local Antonio Muñoz Montaño y en 1978 lo fue por Domingo Bordas Esojo y últimamente en el año 1992 por el artista pontanes José Manuel Cosano.
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La antigua sede canónica estuvo establecida en la ermita del Dulce Nombre, y es posible que en algún tiempo estuviera erigida en la extinguida ermita del Calvario ubicada por la Matallana. En marzo de 1902, se traslada la imagen a la Parroquia de la Purificación, ocupando la capilla de San Juan Bautista. En 1929 se traslada a la Capilla del Perpetuo Socorro donde se veneraba la imagen hasta 1975. Desde 1963 tambien recibía culto en la Capilla del Perpetuo Socorro la imagen de Nuestra Señora de las Lagrimas. Ya para el Quinario celebrado entre el 25 de Febrero al 1 de marzo de 1976 se trasladan las dos imágenes a la Capilla de Animas, tambien en la Parroquia de la Purificación, donde se veneran los titulares.
La barroca Capilla de Animas se levanta en terrenos del antiguo cementerio donde recibían sepultura los hermanos de la Cofradía de Animas, comenzando su construcción el 20 de Septiembre de 1734 y concluyendo en el año 1763.
El retablo central de esta Capilla fue realizado por el lucentino Diego de Burgos a mediados del siglo XVIII y primitivamente albergo en su hornacina principal la imagen de San Miguel (realizada en 1764 por Pedro de Mena) y desde 1846 a 1975 fue ocupado por la imagen de Nuestra Señora del Carmen, desde 1976 la ocupa la Virgen de las Lagrimas y en el banco del retablo la del Señor Yacente.

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