SABADO DE RAMOS
Por fin, después de una larga, apasionante y maravillosa cuaresma, en la que hemos disfrutado y vivido momentos inolvidables que bien quedarán guardados en ese rinconcito mantantero de nuestros corazones, llega el Sábado de Ramos. Dígamos o llamésmole fervor y pasión, a lo que ya se puede respirar por las calles de nuestro maravilloso pueblo; en el ambiente ya se palpa que estamos a las puertas de nuestra tan ansiada y querida Semana Mayor. Para los hermanos de las Virtudes Cardinales y Sibila de Cumas, al igual que en años anteriores, hoy es un día muy grande, inmenso, hoy nos vestimos de nuestras mejores galas para recibir en nuestra casa a la mujer virtuosa. Mujeres que sin ningún tipo de duda, son el sostén, el timón y ese reflejo del corazón que anda detrás de cualquier buen manantero. Ya hablo generalizando, sin ellas, sin su esfuerzo por comprendernos, sin su perdón por la gran cantidad de horas que les robamos, la Semana Santa de Puente Genil no reluciría explendorosa de la manera que así lo hace. Eternamente agradecidos a abuelas, madres, esposas, novias...etc.
Son númerosas las vivencias que compartimos sobre la mesa virtuosa el Sábado de Ramos, empezando como siempre con la lectura del señor y prosiguiendo con nuestro cántico virtuoso con su correspondiente brindis. También se escuchan cuarteleras maravillosamente entonadas por nuestras mujeres, y algunas que otras palabritas que verdaderamente crean un nudo en la garganta dificil de lidiar. Pero no obstante, el momento cumbre de dicha comida se produjo en la entrega del ramo virtuoso a la mujer virtuosa, valga la redundancia. En esta ocasión, como no podía ser de otra manera, tuvimos el honor de hacerle entrega de dicho ramo a la hermana Isabel mujer de nuestro hermano Francisco Tenllado, al cual un día después, Domingo de Ramos, sería condecorado con la medalla de oro de la corporación.
VIVA LAS VIRTUDES CARDINALES Y SIBILA DE CUMAS
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